jueves, 24 de julio de 2014

Ellos

Hay gente que sólo llega para traerte malos recuerdos y no precisamente porque los momentos vividos hayan sido malos, sino más bien porque te recuerdan todas esas malas decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. Por supuesto que no me arrepiento de nada, si no hubiera hecho todas esas cosas no hubiera aprendido lo que sé ni sería lo que soy, pero eso no quita que lo hecho es algo vergonzoso.

Sin duda las peores decisiones que he tomado han sido sobre algunas personas a las que he dejado. entrar en mi corazón (para lo demás suelo ser muy juiciosa) y por favor no malinterpreten el comentario. Sólo digo que muchas veces corrí riesgos muy grandes por muy poca ganancia y así no es la cosa.

Hoy estuve paseando por mi ciudad, como normalmente suelo hacerlo, pero esta vez estaba mirando las cosas con otro cristal. Recorrí las mismas calles por las que paso al menos una vez a la semana y esta vez había en ellas un montón de recuerdos agridulces. La primera cita, el beso bajo la lluvia, el café que duró horas, la plaza a la que nunca llegaron, las tardes de risa, los helados, los sueños y las mariposas; todo arremolinandose en mi cabeza. Sacando de todas partes un trozo de esta o de aquella historia, cosas que en su momento ni me había dado cuenta que estaban pasando y ahora siendo espectadora de mis recuerdos no puedo evitar pensar porqué carajo lo hice.

He recorrido esas calles una y otra vez, pero cada vez estoy más lejos de donde ellos están. En mi vida hay todo un abanico de opciones, una nueva paleta de colores para dibujar mi destino, he tomado las riendas y voy dirigiendo mis pasos hacia las metas que me he fijado. Tal vez son pasos pequeños, tal vez mis movimientos son casi imperceptibles, tal vez nadie ha notado que ya me he ido o que he cambiado de destino, pero ya no estoy ahí y hace mucho que no lo estoy. Ellos, ellos son otra historia. Son personas que han recorrido dos pasos y han vuelto tres, los he visto rezagandose en ese camino, no importa cuantas veces pase siempre están bajo la misma sombra.




martes, 15 de julio de 2014

Poema No. 15

Tú me haces sentir que...

Odio esos cambios de dulce a salado y de frío a caliente.
Odio que calles y no poder verte
Odio tu vida y la mía porque no puedan mezclarse.

Me cuesta trabajo respirar cuando siento tu mirada penetrante,
Cuando finges que no me ves y tu mirada me recorre sin detenerse, 
Cuando me dices que no y evitas que tus dientes 
Atrapen tus labios que sólo puedo imaginar a que saben.

Necesito que todos los días vengas a verme, 
Necesito sentir que tus brazos me envuelven, 
Necesito pintar mi vida con una nueva paleta de colores.  

Puedo recorrer senderos sin detenerme 
Y que puedo trazar caminos donde nadie ha podido tocarte.
Puedo ir a lugares en los que nunca he estado sin perderme 
Y que puedo amarte locamente.

Quiero gritarte y que tú no puedas enojarte
Quiero que empieces a reír conmigo y después ya no puedas detenerte. 
Quiero tomar el té contigo todas las tardes. 

domingo, 13 de julio de 2014

Comunicado

Amigos, familia y todos aquellos que llegan a este blog y que tal vez no encajen en esas dos categorías: 
Tal vez últimamente me han notado rara, pero bien. Muchos de ustedes no lo saben, pero me he vuelto una experta ocultando la miseria por la que estoy atravesando y soy muy buena usando máscaras felices, sarcásticas e irónicas y la verdad es estoy pasando por uno de los momentos más difíciles de mi vida.
Sé que en este momento se estarán preguntando muchas cosas y enojándose porque no he pedido ayuda. La realidad es que no sé cómo se hace, aunque estoy aquí haciendo un último esfuerzo, dejando caer la cortina de humo que me estaba ocultando mientras dentro de mí comenzaban a formarse todos esos monstruos que hoy no me dejan dormir. No sé como gritar para pedir ayuda y las pocas veces que he intentado levantar la voz no he sido suficientemente clara para llamar su atención y no me conocen lo suficiente para entender el transfondo de mis palabras. Una vez más, mi culpa. 
Pensé que ayudando a otros me sentiría mejor, pero la verdad es que ver como todo pasa sobre mí me siento un poco más miserable. Hoy intenté pedir ayuda, pensé que si le decía a la persona que más me conoce que me estaba hundiendo iba a entenderlo todo y vendría a abrazarme, porque al final del día es lo único que necesito. Sé que más de una docena de ustedes dirán que en la última semana lo han hecho, pero no lo siento así. Porque no me han abrazado para confortarme, ni darme su hombro para llorar y los pocos que lo han hecho han acompañado sus acciones con sermones y pláticas que parecen regaños. Entiendan que como ustedes ven la vida y como lo hago yo es muy diferente, eso sí ya deberían saberlo. 
No me alcanzan los dedos para contar a las personas que me han dicho que despierte y ni siquiera necesito usar una mano para contar a los que me han pedido que les hable. Creo que todos ustedes esperan explicaciones racionales sobre lo que me pasa, o no podrán entenderme y les tengo una mala noticia: NO LAS TENGO.
Asi que como última cosa les pido que me tengan paciencia, me tomara un tiempo salir de esto, no se preocupen porque siempre he podido salir adelante. Dejen los regaños y los sermones, dejen de pedirme explicaciones y no me tomen por loca o inmadura, como suelen hacerlo. Necesito paz, no críticas ni que estén discutiendo este tema a sus espaldas, que traten de explicar y darle razones que tengan sentido a lo que me pasa. No quiero que acusen a mis hormonas ni que digan que soy una niña. Quiero que dejen cuestionar todo lo que hago, digo y hablo. 
A estas alturas de la vida ya deberían saber que nunca he podido ser como ninguno de ustedes.